Abstract
La reutilización de materiales de construcción procedentes de antiguas edificaciones ya se llevaba a cabo en tiempos remotos, pero en las últimas décadas esta práctica ha tomado una gran importancia debido a motivos medioambientales, sostenibles y estéticos. El caso de la teja cerámica encabeza la lista de materiales de construcción reutilizados y valorados en nuestros días.
Sin embargo la normativa actual no recoge las características o prestaciones exigibles a dichas tejas a fin de tener criterios de aceptación o rechazo de las mismas.
Por otro lado, los estudios e investigaciones que se han analizado en este trabajo no arrojan resultados analíticos sobre la evolución en el tiempo de las prestaciones de las tejas como material de cobertura.
Como consecuencia del vacío legal que existe en cuanto a los materiales de derribo y a fin de concretar las características físico – mecánicas de las tejas
curvas antiguas, y así mismo, poder establecer su idoneidad frente a las exigencias actuales para los materiales de cubierta, se desarrolla este trabajo.
En él se han ensayado tejas de diferentes rangos de edad y se ha podido concluir que el musgo y liquen que se ha depositado sobre ellas a lo largo de los años hacen que dichas tejas se puedan clasificar con la categoría 1 en cuanto a impermeabilización, según la actual normativa (EN 1304), pudiéndose comparar en este aspecto a las tejas de reciente fabricación, hecho que no es posible sin esta capa orgánica propia de su edad.
Además de la impermeabilización, requisito imprescindible de cualquier material de cobertura, se ha comprobado que la capacidad mecánica de las tejas antiguas no se ve afectada por el paso del tiempo y que la película de musgo y liquen no afecta a su resistencia a flexión.
En cuanto a la durabilidad de estas tejas antiguas se ha comprobado que éstas son resistentes a la helada, habiéndolas sometido a muy bajas temperaturas (hasta -40ºC), sin que manifestaran tras estos ensayos signos de deterioro alguno.
Como conclusión final podemos establecer, y así se ha demostrado con los ensayos de este trabajo, que las tejas antiguas, pese a los deficientes procesos de fabricación de su época y el escaso o inexistente control de calidad de los mismos, con el paso del tiempo conservan e incluso mejoran sus características tanto físicas como mecánicas, pudiendo ser por tanto un material perfectamente reutilizable en edificaciones actuales.