Abstract
Desde una perspectiva metodológica se considera la etapa de perfeccionamiento en balonmano (cuyo inicio de sitúa en el principio de la categoría juvenil aproximadamente) el momento idóneo para introducir en los grupos deportivos las bases del juego táctico colectivo. No debe interpretarse esta aseveración como que con anterioridad a este periodo los equipos no hayan planteado objetivos tácticos de base en sus prácticas y en consecuencia haberse iniciado en tareas de este tipo pero, en general, en el proceso sistematizado de enseñanza del juego y formación de jugadores, el momento indicado se considera el idóneo al tiempo que en estas etapas las configuraciones defensivas tradicionales se consolidan igualmente en las competiciones.
Al margen de esta matización las organizaciones colectivas en el
juego de ataque deben encontrar los caminos adecuados en los que se sinteticen, de manera equilibrada, las riquezas de los jugadores en los aspectos técnicos y tácticos individuales en el plano colectivo. El dominio de los medios tácticos colectivos, en este periodo de la formación, pasa a ser un objetivo principal, y, a partir de ahí el juego grupal debe orientarse para encontrar soluciones adecuadas a utilizar contra los diferentes sistemas defensivos a superar. Se trata pues de recorrer un largo camino que haga interpretar a los equipos las posibilidades de asimilar el proceso de una organización colectiva en el juego de ataque que, a partir de aprovechar al máximo todas las riquezas y las conductas de los jugadores en el plano individual, las oriente debidamente para superar el tipo de organización defensiva que adopte el equipo rival.
Conviene precisar de inmediato que el orden atacante necesario debe apoyarse en pautas flexibles y no confundirlo con aplicaciones rígidas
dentro de los comportamientos colectivos. Debemos entender y asimilar que en este proceso para el desarrollo correcto del juego de
ataque deben respetarse unos principios colectivos comunes a aplicar en cualquier sistema de juego que se adopte. Entre ellos deben prevalecer fundamentalmente, los apoyos colectivos (todo jugador debe estar preparado para ser objeto de un posible pase) para asegurar de tal forma que cada acción táctica conlleve la posibilidad de la continuidad del juego. Estas dos ideas, no pautas rígidas y exigencia de apoyos permanentes, deben respetarse siempre y no solo en el capítulo de formación.
Tradicionalmente las bases del juego colectivo del ataque en balonmano se estructuran y sustentan en principios que pretenden equilibrar y ordenar los 2 comportamientos individuales, facilitar el
juego táctico, enriquecer el espectáculo al tiempo que mantener las posibilidades y exigencias físicas al máximo nivel.