Abstract
El balonmano ha sido la especialidad deportiva pionera en la inclusión en sus Reglas de Juego de las sanciones temporales a jugadores; el juego en igualdad numérica que definen sus reglas (siete jugadores en el terreno por equipo) se ha mantenido a lo largo del juego moderno tras la llegada del “Balonmano a 7” y desaparición del primitivo “Balonmano a 11”. En el periodo inicial de la especialidad moderna se produjo el tránsito del Balonmano en campo (a imitación del fútbol, con 11 jugadores) hacia el Balonmano en sala actual (con 7 jugadores). En la esencia del juego la consideración e importancia de la lucha por conseguir espacios en el terreno de juego identificó esta especialidad deportiva como un deporte de contacto que era imprescindible regularizar.
Esta definición como “deporte de contacto” con la cual, se identifica el balonmano, poniéndola en valor, ha exigido a lo largo de la historia del juego una continua preocupación y permanente seguimiento por los responsables de las Reglas (Federación Internacional, I.H.F.) a los efectos de evitar tendencias peligrosas en comportamientos que se consideraran fronterizos con la violencia y la evaluación negativa que conlleva. No puede extrañar que en el permanente seguimiento de las
Reglas las modificaciones alrededor de la Regla 8 (Comportamiento con el contrario) hayan sido continuas y tratadas en esa dirección. Ello, por otra parte, ha supuesto a lo largo de los años una incidencia en la estructura del juego y, consecuentemente, en el desarrollo táctico y estratégico del mismo.
Desde hace años en los análisis de los expertos acerca de las grandes competiciones de elite en Balonmano (JJOO, Campeonatos del Mundo o de Europa) se incide en la importanciacada vez mayor del juego en situaciones de desigualdad numérica tanto en ataque como en defensa; se han estudiado con rigor algunas de las situaciones que aparecen en el balonmano en cuanto a las exclusiones temporales y en especial el juego de ataque en superioridad numérica (6:5), exhaustivamente tratado por todas las escuelas de Balonmano. En los últimos años aumenta especialmente el interés por la sistematización y diseño de las bases para el juego defensivo en inferioridad numérica (5:6) con evidentes resultados y fórmulas novedosas. No se ha seguido camino similar por el momento en cuanto al juego en defensa (6:5) y el ofensivo (5:6); el primero posiblemente por la “seguridad” que concede la situación en sí misma aceptándose cualquier diseño estratégico como correcto, útil y con opción de éxito; en cuanto a la segunda situación, ataque 5:6 (motivo de este artículo) se constata de manera fehaciente la aparición de fórmulas estratégicas de juego que se apoyan en determinadas pautas tácticas, exigentes y de obligado cumplimiento por los jugadores. De alguna manera se trata de “ordenar los ataques en inferioridad”.