Abstract
La conservación del patrimonio industrial se ha consolidado como una tendencia de
futuro en la arquitectura actual. Estos edificios forman parte de la historia de la ciudad así
como del paisaje urbano. Una de las maneras de conservarlo es designando un nuevo
uso para ellos, y dada su espacialidad y su lenguaje, se adaptan fácilmente como museos
y centros culturales.
Mediante el estudio de museos recientes que hayan sido actuaciones en edificios
industriales se han detectado tres estrategias de intervención: vaciado, donde el proyecto
es un juego de llenos y vacíos, duplicidad, donde el proyecto detecta un elemento del
edificio original y lo duplica, estableciendo comparaciones y contrastes, y regularidad, que
identifica el orden interno del edificio y lo potencia.
Para entender qué aspectos son importantes en cada estrategia, se estudia el caso más
representativo de cada una: el Tate Modern de Londres, el FRAC en Dunkerque y la
fundación Dia:Beacon, y en base a esos ejemplos se reflexionará sobre cuestiones como
la escala, el contraste o las transiciones con el ánimo de establecer unas estrategias claras
que, al combinarlas en mayor o menor medida en los proyectos, permitan que el edificio
se adapte al nuevo uso y siga formando parte de la ciudad.