Abstract
El presente Trabajo de Fin de Grado constituye un trabajo de síntesis en el que se
aborda la transición energética del siglo XXI; que consiste en la actualización y el
reemplazamiento de los sistemas de producción y consumo de energía actuales,
dependientes en un 85% de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural),
por nuevos sistemas y vectores, que configuren una matriz energética, más eficiente y
libre de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que la actual; privilegiando
las energías renovables, la eficiencia energética y el desarrollo sostenible.
Esta transición energética no constituye un proceso sin precedentes en la Historia,
toda vez que desde que el ser humano se adaptó al sedentarismo y domesticó
animales para su empleo en labores agrícolas, se han sucedido, irregularmente
repartidos en la geografía y en el tiempo, procesos de cambio gradual, sustitutivos a la
vez que acumulativos en términos de oferta y potencia disponible, de las distintas
técnicas de aprovechamiento energético. Estas transiciones energéticas anteriores
han contribuido decisivamente a que, en la segunda mitad del siglo XX, se alcanzasen
unos niveles de desarrollo demográfico y económico sin parangón, a costa de elevar el
consumo energético y los niveles de emisiones de GEI a cotas nunca antes
registradas. Así, se han sentado las bases para proceder a la transición energética
que ya está teniendo lugar, y que a diferencia de sus antecesoras, viene amparada por
una necesidad medioambiental derivada de la responsabilidad del sector energético en
la emisión de GEI, compuestos precursores de un fenómeno de cambio climático
antropogénico que, habiendo supuesto ya un aumento de 0,8ºC en la temperatura
media de la Tierra, trae consigo impactos negativos tales como el aumento del nivel
del mar, desertificaciones, disminución de la biodiversidad o eventos catastróficos de
carácter natural, con sus consiguientes pérdidas económicas.
Ahora bien, la importancia social del suministro energético implica que la transición
energética no deba limitarse a la contención de su impacto sobre el medio ambiente,
por muy grave que este pudiera llegar a ser. Por ello, se define el concepto de
“Trilema” de la transición energética, que añade a la perspectiva de sostenibilidad
ambiental la de seguridad o garantía de suministro, relativa a la disponibilidad
continuada y fiable de una cantidad suficiente de energía en sus distintos usos finales;
y la de competitividad económica o equidad energética, relativa a que dicho
acceso debe de producirse, además, a un coste asequible.