Paisajes de viticultura. Bodega y mirador de enoturismo en la desembocadura del Manzanares

Abstract

El paisaje final del río Manzanares es un enclave olvidado. Su particular naturaleza convive con la escena típica de la periferia de una gran ciudad como Madrid. Se mezclan el Manzanares y el Jarama, lagunas, cerros y fauna y flora característica de polígonos industriales, fábricas una ciudad dormitorio como Rivas y antenas y torres de comunicación. "Paisajes de viticultura” pretende recuperar este lugar mezclando sus dos singularidades: lo natural y lo industrial. Así se crea un edificio de escala rotunda que por una parte contempla la naturaleza pero a su vez tiene una actividad productiva, fruto del cultivo de las viñas. El edificio cuenta con una zona vincula a la tierra, a la vid, a la producción y al estudio del vino, que da como resultado una pieza longitudinal de aspecto pesado; y otra zona destinada a la contemplación, ya sea de la viticultura o del paisaje de la desembocadura del Manzanares, creándose así dos piezas con el aspecto más ligero y transparente que permite dicha visión.