Abstract
En los últimos años se ha demostrado que la actividad humana es la causa de muchos daños sobre la naturaleza que nos rodea. Se están viviendo fenómenos meteorológicos más agresivos, muchas especies están en peligro de extinción y, por supuesto, un calentamiento global perceptible en todos los puntos de la tierra. A diario, se genera una gran cantidad de emisiones a la atmósfera con consecuencias muy importantes. Todas las actividades realizadas por las personas tienen una serie de implicaciones que suponen un impacto negativo sobre el medio ambiente. De estas actividades, las que contribuyen en mayor medida al calentamiento global, origen del cambio climático, son las grandes industrias. En particular, a nivel global el consumo energético es la principal causa de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. En España, el sector transporte es el que consume una mayor cantidad de energía. En concreto, dentro de este sector, el trasporte por carretera es aquel con mayor consumo energético. El transporte por carretera, además, es una gran fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, así como otros agentes contaminantes, lo que provoca un agravamiento del cambio climático. También, estos agentes contaminantes afectan a la calidad del aire en las ciudades, con consecuencias negativas para la salud de los habitantes. A raíz de los problemas que supone el transporte rodado, están surgiendo nuevas modalidades de transporte, más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Poco a poco, está creciendo el porcentaje de vehículos eléctricos en las ciudades, a medida que las personas son más conscientes del impacto del transporte sobre el medio ambiente. El presente Trabajo de Fin de Grado se centra en los impactos del sector transporte. En particular, se pretende evaluar la introducción en las ciudades de los servicios de movilidad compartida empleando motocicletas/ciclomotores eléctricos (conocidos comúnmente como servicios de moto-sharing). Para ello, en este documento se analizan estos servicios valorando, principalmente, su consumo energético y las emisiones a la atmósfera que generan. Es decir, se lleva a cabo un análisis del impacto energético-ambiental que tienen estos servicios. El estudio se centra en la ciudad de Madrid en el año 2018 y se complementa el análisis llevando el caso de estudio a situaciones futuras.