Abstract
En la ciudad de Segovia existen numerosos edificios que han servido como cárcel antes del siglo XVIII. En primer lugar, destacan las dos puertas principales de la muralla, la Puerta de San Martín y la Puerta de San Juan, que sirvieron como Cárcel de Nobles y Prisión de Caballeros respectivamente. En ellas se produce un encarcelamiento previo al traslado de los prisioneros a la Torre de Juan II en el Alcázar, donde el motivo del confinamiento era haber incurrido en el delito de “lesa majestad”. Además de estos monumentos existía la Cárcel Real para presos comunes, la cual, tuvo un proceso constructivo muy complejo hasta que se completó su conjunto. En el siglo XVIII comienzan a plantearse cuestiones sobre la arquitectura penitenciaria a nivel internacional. El sistema celular fue el mayor avance, ya que, se sustituyeron los calabozos comunes por celdas independientes con espacios comunes de trabajo. En cuanto a la forma y organización interna de una cárcel destacan tres modelos de prisión: el modelo radial, el panóptico y el modelo en espina. Estos avances tardaron en llegar a España, donde el hecho más importante se produjo en 1877 con la elaboración de un Real Decreto y Ordenanza que sentaba las bases para la transformación de las cárceles dentro del país. Tras esta época de avances en cuanto a la arquitectura penitenciaria, se realizaron dos proyectos de prisión para la ciudad de Segovia. El presidio de 1860 tenía claras referencias del panorama internacional penitenciario, aunque nunca llegó a construirse. En cambio, el proyecto para Cárcel de Partido o de la Dehesa de 1889 se rigió por la normativa española tomando como modelo otras prisiones de la época en España.