Abstract
El castillo de Bellver fue construido en el siglo XIV (según Chueca debía estar terminado ya en 1314) y es una pieza excepcional por su planta circular y la arquería del patio. Tras casi siete siglos de vida y numerosas intervenciones el castillo presenta un estabilidad excelente, como lo demuestra las deformaciones inapreciables que en la actualidad pueden observarse. La solución de las bóvedas del patio circular sobre esbeltos pilares contrarrestados por anillos de compresión de la fábrica de las arcadas, es, que sepamos, única en el gótico europeo (Tomlow 1989, 1999). Todo ello es prueba del profundo entendimiento que los maestros góticos que lo construyeron tenían de estas fábricas.
El castillo presenta dos plantas, con arcadas al patio circular. La parte interior de la planta primera, estaba soportada, al parecer, por forjados de madera. Estos forjados fueron sustituidos por otros nuevos de hormigón en la restauración de 1947. En algunas zonas hay también bóvedas de cañón radiales de fecha desconocida. A pesar de ser, como se ha dicho, una pieza excepcional, no existe ninguna monografía arquitectónica moderna y, al parecer, una de las descripciones más completa del castillo sigue siendo la de Jovellanos (1832).
La planta segunda está cubierta por dos anillos de bóvedas: el más interior cubre el pórtico circular del patio; el segundo salva los siete metros entre el muro del patio y el muro exterior. Las bóvedas son de crucería con los planos de los arcos perpiaños convergiendo al centro del patio. Sus luces en sentido radial varían, pero son del orden de unos 4-5 metros de luz media.
En el año 1990 se realizó un proyecto de cosido de las grietas de los muros exteriores (Martínez Lapeña y Torres 1990) que, afortunadamente, no se llevó a cabo (como se verá, las grietas no son peligrosas). Hemos empleado la planimetría del proyecto que me fue amablemente cedida por Doña Magdalena Rosselló, Conservadora del Castillo de Bellver.
Objetivo del informe
Cuando el castillo se convirtió en cuartel se instaló una cocina en la planta superior. Un tramo entero de bóveda se empleó para colocar la campana, apoyando en dos grandes vigas que cruzaban de lado a lado embebiéndose en los muros. Para hacer la chimenea hubo que perforar las bóvedas. Esto se hizo en la zona de la clave central donde se practicaron cuatro agujeros, uno en cada paño, de unos 0,40×0,60 m². La chimenea original tendría una salida a la cubierta. En la actualidad hay un cilindro hueco de marés de 18 cm de espesor, 2,50 m de diámetro y 2,70 m de altura, cubierto con losas de marés apoyadas en viguetas de madera.
Al desmontar la campana se apreciaron grietas tanto en el muro exterior como en los arcos cruceros de la bóveda de la chimenea. Las grietas del muro se manifiestan también al exterior.
El objetivo del presente informe es estudiar los agrietamientos y movimientos en la bóveda
de la bóveda de la cocina y muros adyacentes, y estimar su seguridad realizando un análisis estructural de su estado actual.