Citation
Gallego Díaz, Eduardo F.
(2015).
El desarrollo de la fase de recuperación post-accidental: una asignatura pendiente.
In: "IV Congreso Conjunto Sociedad Española de Física Médica (SEFM) y la Sociedad Española de Protección Radiológica (SEPR)", 23 al 26 de junio de 2015, Valencia. pp. 1-2.
Abstract
La fase de recuperación después de un accidente nuclear reviste en general una gran complejidad radiológica y técnica, pero también social y económica. A través de distintos proyectos de investigación nacionales y europeos se han adquirido herramientas y se ha aprendido de la experiencia de otros países. Por otro lado, la realización de varios ejercicios en España con la participación de diferentes autoridades y partes interesadas, ha permitido comenzar a definir criterios y esquemas de trabajo para abordar la fase de recuperación con mayores garantías de éxito. La experiencia de Japón tras el accidente nuclear de Fukushima, y la participación en grupos de trabajo internacionales, entre ellos los de la Plataforma NERIS, aportan elementos de referencia clave para ese fin, que son descritos brevemente en la ponencia. Sin embargo, a juicio del autor, se observa un riesgo de dejar el tema en su estado actual, pendiente de ser desarrollado, dada la falta de iniciativas por parte de las autoridades para crear la infraestructura de organización y la planificación que permitiesen ofrecer una verdadera capacidad de reacción e incrementar la resiliencia social frente a estas situaciones que, aunque tengan una remota probabilidad, pueden ocurrir. Los planes para la fase de recuperación deberían desarrollarse en grupos de trabajo para cada una de las zonas de influencia de las centrales nucleares, en los que estén representados no solo los distintos niveles de la administración (central, autonómico y local), el CSN en su función reguladora y de coordinación de los aspectos radiológicos, ENRESA como entidad gestora de los residuos, así como también todos aquellos grupos sociales (privados o públicos) que puedan verse directamente afectados por el accidente. El proceso debe estar regido por la máxima transparencia y participación, para asegurar que sea viable y aceptable para los diversos sectores interesados