Abstract
El pino carrasco (Pinus halepensis Mill.) es una especie de gran importancia en restauraciones y repoblaciones en la península Ibérica, capaz de subsistir en zonas secas y ambientes desfavorables, y crucial en el estudio del cambio climático al situarse en un enclave tan representativo como la cuenca mediterránea. A pesar de ello, es muy poca la información que se tiene sobre el comportamiento de esta especie.
Por este motivo en el presente trabajo se ha estudiado la productividad del pino carrasco -a través del índice de sitio-, y su relación con la variabilidad climática y edáfica de distintos lugares de España donde está presente, a partir de los datos de 68 parcelas permanentes del INIA-CIFOR situadas en siete provincias distintas.
Los objetivos del trabajo han sido analizar la variabilidad ambiental existente en su área de distribución, y relacionarlo con la productividad del pino carrasco en cada uno de los lugares, para así poder predecir el crecimiento de esta especie en un lugar a partir de datos de clima y suelo.
La productividad es un parámetro fundamental en la gestión forestal ya que sirve para prever el futuro desarrollo de la masa, lo que puede permitir, entre otras cosas, planificar proyectos de investigación, programar trabajos selvícolas, estimar el rendimiento de las masas y predecir el comportamiento de repoblaciones forestales.
Para ello, en este estudio se ha realizado un análisis con las técnicas estadísticas de análisis multivariante como los componentes principales (PCA) y de regresión por mínimos cuadrados parciales (PLS), que permitieron seleccionar las variables más importantes de clima y suelo y analizar su relación con la calidad de estación.
Los resultados obtenidos nos mostraron la gran variabilidad existente entre la productividad de las diferentes parcelas, así como las diferencias entre sus variables de clima y suelo. Como principal resultado de este análisis, los aspectos más determinantes en la productividad del pino carrasco fueron los derivados de la ficha hídrica –especialmente las variables de precipitación total, superávit e índice hídrico- y la química del suelo, teniendo como variables más destacadas los nutrientes magnesio y potasio, la capacidad de intercambio catiónico y la materia orgánica.