Abstract
El problema del contacto rueda-carril a lo largo del desarrollo de la industria ferroviaria, ha sido ampliamente estudiado, ya que una de las principales características de éste medio de locomoción es la de carecer de un sistema equivalente al diferencial de los automóviles, que permita establecer diferentes velocidades entre la rueda exterior y la rueda interior durante la circulación en curva.
La solución adoptada para conseguir ésta diferencia de velocidades montando las ruedas sobre un eje rígido, es la de hacer las ruedas con geometría cónica, para que al variar su posición relativa con respecto a la de las vías, la rueda exterior a la curva esté apoyada en un punto con mayor radio que la rueda interior de la curva, consiguiendo así recorrer más distancia pese a girar al mismo número de revoluciones por minuto.
La variación del punto de apoyo de las ruedas sobre los raíles, hacen que el estudio del contacto rueda-carril, sea de vital importancia para el diseño óptimo de los sistemas ferroviarios, ya que tanto el carril como la rueda han de presentar superficies acondicionadas para mantener un correcto guiado del material rodante con una satisfactoria transmisión de esfuerzos que proporcionen el menor deterioro posible del sistema.
Estas superficies se conocen como bandas de rodadura, y marcan los límites en los que se puede encontrar la huella de contacto tanto en el perfil de rueda como en el perfil del carril, para que el contacto entre una pareja de perfiles a lo largo de un tramo determinado de la vía sea adecuado, o, como se designará sucesivamente a lo largo del proyecto, compatible.