Abstract
La percepción que tenemos de París a través de la pantalla es totalmente diferente a la realidad. Por ello, este trabajo se centra en el estudio de determinados espacios urbanos de la capital francesa y las diferentes ficciones que percibimos, tanto a través del cine como viviendo el espacio en directo. Esta última es una ficción que, gracias a la luz, los individuos experimentan de maneras diferente en un mismo instante debido a la percepción individual del espacio que nos rodea.
Este trabajo trata sobre el impacto que tiene la luz en la percepción de un lugar, la atmósfera que crea, así como las sensaciones que transmite; cómo un espacio cambia totalmente de contexto tan solo manipulando una variable, la luz; y cómo podemos manipular las sensaciones a través del color. Es un estudio sobre cómo la naturaleza energética de la luz es aplicada al arte del cine para conseguir transmitir un mensaje.
Habituados a las variaciones constantes de la luz, no analizamos de manera consciente los efectos que ella provoca en nosotros, pero sí los asimilamos y ofrecemos una respuesta ante ello. Sentimos la luz. Los artistas han jugado con el sentimiento que crea, tanto en la pintura, como en la fotografía y por supuesto en el cine.
La ciencia y el arte normalmente se entienden como dos campos diferentes. Pero no debemos olvidar que todo es ciencia, y en ocasiones, con ella hacemos arte.
Este estudio centrado escenarios de la capital francesa analiza la manipulación de la percepción de la ciudad a través de enfoques, luces y color en diferentes escenas de películas, la percepción de una atmósfera “idílica” que permite situar en su contexto una historia, y transmitir sensaciones y emociones a través de dichos parámetros llegando a conseguir la empatía del espectador.