Abstract
La decadencia de los centros comerciales, espacios de consumo por excelencia es un hecho.
¿Ha muerto el centro comercial o por el contrario busca mecanismos de supervivencia?, ¿cómo
se va a relacionar del consumidor con los nuevos espacios?, ¿de qué manera el mundo virtual
está definiendo las nuevas lógicas espaciales al servicio del consumo? El trabajo pretende dar
respuesta es estas preguntas mediante el estudio de las mutaciones espaciales producidas en
tres ecosistemas de consumo elegidos (el Pasaje de los Panoramas descrito por Walter Benjamin,
el Mall of América representante de los centros comerciales de la periferia de Jon Jerde y
el centro de hiperconsumo experiencial que está superponiéndose al modelo de centro comercial
tradicional) para así entender las lógicas espaciales que dan lugar a la sucesión de estas
estructuras de consumo.
A través del estudio y clasificación de ecosistemas o tipos arquitectónicos comerciales, se pretende
definir los procesos de evolución que han sufrido estos espacios motivados por los cambios
del medio físico en el que se desarrollan, los seres vivos que participan y las relaciones
mediante las cuales se interrelacionan. Se presta especial atención a la etapa actual en la que
estamos presenciando uno de estos cambios de modelo, en la que lo tangible comparte escenario
lo virtual y está generando nuevas condiciones arquitectónicas físicas y nuevas conductas
sociales cuando interactúa con los espacios de consumo.
Para ello se desarrolla una metodología de análisis gráfica en la que se comprueban las mutaciones
espaciales en cada uno de los tres ecosistemas elegidos.
Un espacio de consumo es un ecosistema artificial que está en equilibrio con el medio. El
espacio de centro comercial no va a morir, se va a transformar. Este espacio es un soporte a
menudo anticuado para las necesidades crecientes del consumo, está movido por la obsolescencia
y el rápido avance de la tecnología. El nuevo en el centro de hiperconsumo experiencial
será el lugar por excelencia para el ocio,un lugar que se consume, por lo que su naturaleza será
interactiva, experiencial, compatible con lo virtual, y convertible.