Abstract
Tras la automatización de los procesos
productivos las industrias offshore
vuelven a Europa: ya es más rentable
invertir en robots capaces de llevar una
producción inteligente que deslocalizarla
hacia zonas con mano de obra barata.
Mientras intentamos entrever hacia
dónde se dirige este nuevo modelo
productivo, las reglas del juego económico
también cambian: el capitalismo de
plataforma o Platform Capitalism es una
realidad que dirigen empresas cuyos
servicios consumimos prácticamente a
diario. Google, Facebook, Uber, Airbnb,
Amazon y la lista aumenta cada día.
Con el tablero en esta situación ya
se habla de industria 4.0, un modelo
productivo caracterizado por la
hiperconectividad de las cadenas de
suministro, producción y venta. Un
modelo productivo que farda de necesitar
cada vez menos stock de material porque
producen lo que les piden con la materia
que les llega cada día.
¿La clave? El flujo continuo de
mercancía: la logística. Y si hablamos
de alguien que mueva productos a
nivel mundial y, desde enero además, el
hombre más rico de la historia, ese es Jeff
Bezos, fundador y dueño de Amazon.
“La tienda más grande del mundo”
se posiciona como una de las empresas
con mayor crecimiento al año y sin
embargo una de las menos rentables.
Amazon invierte prácticamente todos
sus beneficios en inversiones para
desarrollarse y, en este sentido, su
dedicación a las patentes es notable.
Considerando a Amazon como la
representación simplificada de los efectos
de la logística sobre el territorio, ¿cómo
afectarían sus patentes a la ciudad de
Madrid?
¿Cuáles serían los paisajes que nos
dejaría la industria 4.0 en las ciudades?