Abstract
Una de las cosas más curiosas del urbanismo indio es la falta de planeamiento en sus trazados, construyendo hasta la saturación. Consecuencia de esto, se ven ciudades con muy poco espacios abiertos, y los pocos espacios que tienen, se usan practicamente todo el día para las mas diversas actividades. La vida se hace en la calle. El Walled City, parte antigua de la ciudad (principios del S.XVI) es un perfecto ejemplo de ciudad india. Se concibe como una ciudad hiperdensificada que crece de la muralla hacia dentro, con un trazado caótico procedente de un crecimiento orgánico y descontrolado. La mayoría de las construcciones oscilan entre dos y tres alturas, colmatando todo el espacio disponible. La densidad de población del Walled City es de
aproximadamente 85.000 habitantes por kilómetro cuadrado. El contraste entre la ciudad amurallada y la parte nueva de la ciudad, de carácter más europeo, es enorme. Aunque la antigua muralla sólo se conserva en algunas partes, viendo el trazado de la ciudad es como si aún existiera, pues hay un cambio de escala y de densidad en estos dos tejidos muy pronunciado. Siendo así, la muralla se entiende como un límite entre lo antiguo y lo nuevo, lo indio frente a lo occidental, el caos frente al planeamiento. El proyecto, situado al lado del único espacio verde en todo el interior de la muralla, se concibe como un reflejo a pequeña escala del Walled City, creando un muro perimetral que encierra el programa y se rompe en ciertos sitios para dialogar con el exterior. Es un sistema de agrupación a partir del vacío contenido en un límite que se desfragmenta a medida que se acerca al parque.