Reflexiones en torno a la transformación de los valores de la Colina de los Chopos como conjunto histórico urbano

Abstract

La Colina de los Chopos fue durante años un oasis cultural, donde distintas generaciones de investigadores, estudiantes y grandes personalidades convivían y se relacionaban. Además, es el manifiesto de importantes ejemplos de arquitectura madrileña y española de principios del siglo XX y fue el “ensayo” para la Ciudad Universitaria. La urbanización del cerro se inicia a partir de 1913, cuando Antonio Flórez proyecta y construye los pabellones gemelos de la Residencia de Estudiantes, regida por los métodos e ideas de la Institución Libre de Enseñanza. Posteriormente, el Instituto de Física y Química (Rockefeller), los edificios para el Instituto-Escuela y la Biblioteca Auditorio continúan la ocupación del lugar. Con la llegada de la Guerra Civil se paralizaron las actividades del ILE y los edificios sufrieron diversas transformaciones. Durante la dictadura, fue especialmente relevante el trabajo de Miguel Fisac, que proyectó la iglesia del Espíritu Santo y se hizo cargo de ordenar la parte sur de la meseta con el Pabellón Central del Consejo y los Institutos de Edafología y Óptica. Sin embargo, durante los últimos años la Colina de los Chopos ha sido objeto de numerosas modificaciones que han alterado sus valores originales y la relación del conjunto con el entorno.