Citation
Girón Sierra, Francisco Javier
(2014).
Nueva savia para el Viejo Continente. El jardín del Príncipe en Aranjuez, Rambouillet y la Quimera de Norteamérica.
In:
"El Arte Español entre Roma y Paris (Siglos XVIII y XIX)".
Collection de la Casa de Velázquez, 1
(143).
Casa de Velázquez, Madrid, pp. 375-401.
ISBN 978-84-15636-69-4.
Abstract
En esta contribución se plantea, a partir de fuentes manuscritas en los archivos del Palacio Real y de literatura impresa de la época (en especial la revista periódica Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos 1797-1809) una interpretación inédita del Jardín del Príncipe en Aranjuez, en su primera etapa de formación (entre 1784-1808)
A diferencia de lo que se da por sentado, este jardín no se limitaba, ni era en esencia, un jardín “rococó” adornado con plantas exóticas venidas de posesiones españolas que remedaba toscamente el paisajismo de segunda hornada (asimilado a través de influencias francesas)
Iniciado en 1784 por Pablo Boutelou por encargo de Carlos IV, cambiará por completo de concepto en manos de sus hijos Claudio (1774-1842) y Esteban Boutelou (1776-1814) Enviados a Paris en su adolescencia (en 1790) para aprender con botánicos del Jardin de Plantes, pasan después - para apartarlos de los fenómenos revolucionarios- a formarse en Inglaterra, donde aprenden nuevas técnicas para la aclimatación y cultivo de plantas aprovechables y árboles productivos. Tras declararse la guerra entre Inglaterra y España se ven obligados a volver al cabo de una década (1797) para ocupar puesto clave: mientras Claudio termina por asumir la codirección del Botánico de Madrid, Esteban llevará el Jardín del Príncipe.
Bajo Esteban, parte de este jardín se va convertir en un espacio para la experimentación agronómica y arborícola, importando las técnicas que los dos hermanos habían aprendido en Inglaterra. Uno de los objetivos será aclimatar árboles de América del Norte, que prometían grandes aprovechamientos, producir prados artificiales y otras plantas útiles, para luego introducirlos en el resto del país. Para ello dan cuenta de sus experiencias e instrucciones para el cultivo a través del Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos, indicando lugares en Madrid donde se repartían las semillas)
Esta era un proyecto que no sólo se llevaba a cabo al mismo tiempo en Inglaterra, singularmente a través de los Kew Gardens. En Francia otro proyecto similar se desarrollaba en los jardines de Rambouillet. De este modo se dibuja un escenario de polos que compiten y cooperan a la vez por el dominio de las plantas americanas, los “jardines con vocación atlántica” de Inglaterra, Francia y España.
Los archivos de Palacio permiten seguir cómo se intentaron solventar las dificultades de este ambicioso y utópico proyecto: el apoyo logístico y diplomático para acceder a regiones fuera del control de la Corona española, y a las que sin embargo franceses (a través de André Michaux y sus bases de aclimatación en América) e ingleses tenían acceso.
Los jardines fueron finalmente arrasados 1809 durante las campañas napoleónicas. Pocos años después, tras la muerte prematura de Esteban Boutelou en 1814 se dejaba atrás aquella etapa de ensoñación: La regeneración del país desde el jardín del Príncipe en Aranjuez.