Abstract
En un devenir todavía incierto, la era de la posfotografía atañe ciertos
retos, asumibles también desde la fotografía de arquitectura. El cambio
de paradigma tecnológico y la aparición de las redes sociales, cuyas
consecuencias extienden su postrera sombra al hecho de concebir la
imagen actual, ha trastocado el modus operandi de esta histórica disciplina.
La impostura de la imagen contemporánea difumina los límites entre
lo real e irreal y deja al fotógrafo profesional, inmerso en un mare
magnum de cambios, absolutamente desprovisto de su estatus anterior
como mediador entre arquitectura y realidad. En un mundo regido por
la imagen, intoxicado de información, parece que toda tarea de difusión
es prescindible.
Sin embargo, mediante la conversación y revisión a fondo del trabajo
de varios profesionales del sector se pretende, en este trabajo, no sólo
rescatar su figura de la disolución del yo contemporáneo, sino reivindicar
su importancia histórica y actual. No pretende ser esta tesis un
panegírico, sino simplemente una exégesis acerca de la importancia
del fotógrafo como parte responsable de nuestro modo de ver y sentir
la arquitectura.