Abstract
Frente a la concepción tradicional de la ciudad organizada en torno a su almendra central, en la actualidad se impone un modelo de conectividad pluridireccional, de interconexión entre los múltiples centros que conforman la metrópolis. A él se superpone además una variedad de fórmulas de movilidad en aumento. El ámbito de actuación de este proyecto es heterogéneo, y éste conectará ahora unos tramos de ciudad variados que hasta ahora habían permanecido aislados por la zanja ferroviaria de la Estación de Chamartín; a un lado, junto al Paseo de la Castellana, un nuevo centro económico de la capital, y al otro, la zona residencial de Pio XII y el Pinar de Chamartín. Para ello se ha realizado un plan estratégico alternativo al de la Operación Madrid Nuevo Norte cuyo objetivo prioritario es interconectar los dos barrios aislados hasta ahora. Sobre el nuevo eje Este-Oeste se dispondrá el nuevo Centro de Movilidad de Chamartín. El carácter diverso de los dos bordes tiene su eco en la planificación del proyecto: junto al Paseo de la Castellana y el nuevo corazón financiero de la capital se proyecta una gran plaza, en la orilla residencial de Pío XII, una serie de pasarelas e infraestructuras verdes resuelven el cambio de nivel existente y alojan un aparcamiento de vehículos de transporte alternativos. El Centro de movilidad se conforma como la arteria de comunicación entre barrios y da cabida a la totalidad de los transportes existentes en el Distrito. Una cubierta de gran tamaño se hace sólida y monumental hacia poniente, para medirse con las Torres existentes y con los nuevos rascacielos del barrio financiero, y ligera sobre las vías y hacia la zóna residencial de Pío XII. Calle Chamartín es el puente de unión de dos barrios separados hasta ahora, pero también un nuevo nudo para interconexión de la metrópoli.