Abstract
A lo largo del tiempo, el arte y la cultura siempre han actuado de condensadores sociales dentro de las ciudades. Son eventos, actividades, que humanizan a los ciudadanos, generan vínculos entre ellos y un sentimiento de pertenencia y apego al sitio donde viven. La ciudad de San sebastián ha sido siempre un punto de referencia en este aspecto, desde la ‘Belle Epoque’ hasta recibir el título de Capital Europea de la Cultura en 2016. Este evento fue especialmente significativo para la ciudad, con iniciativas en arte y cultura que fueron muy beneficiosas para ella. Hoy en día, algunas de estas iniciativas siguen activas, pero con una intensidad mucho menor, y, teniendo en cuenta el futuro crecimiento previsto para la ciudad de San Sebastián, se quedan insuficientes, haciendo necesario retomar ese impulso cultural que siempre ha caracterizado a la ciudad de San Sebastián. Con el objetivo de, por un lado, normalizar la presencia de artistas y creadores en los equipamientos culturales del territorio y facilitar que parte de sus procesos de creación se den en estos espacios; y, por otro, organizar actividades de mediación artística con el entorno social del equipamiento para crear vínculos entre creadores, equipamiento y ciudadanía, se propone un centro de producción artística para San Sebastián, donde poder acoger , además, diversos programas de residencia de artistas. ¿Dónde? En la antigua cantera de Cementos Rezola, en el barrio de Añorga. Una herida en el terreno, que dada su localización se incorpora al nuevo anillo de crecimiento de la ciudad, y que gracias a la arquitectura, se convierte en espacio conector tanto con el centro de la ciudad, como entre los dos barrios entre los que se encuentra. Un proyecto donde el factor fundamental es la continua interacción entre ciudadanos, residentes o artistas, visitantes. Donde se respira creatividad. Donde el arte unifica. Una nueva piel que reviste la cantera, que es arte, que es vida.