Abstract
La fábrica de cementos Rezola se caracteriza desde sus inicios por una constante actualización
de las instalaciones que ha impedido el cierre por obsolescencia. Sobre una arquitectura
estática de hormigón la maquinaria industrial es cambiante en su interior.
Se traslada esta dualidad al proyecto. Un sistema formado por un soporte estático que pertenece
al lugar y un interior metálico variable en el tiempo que responde a las necesidades
cambiantes de la sociedad.
La implantación se realiza en tres fases: conectar los barrios colindantes de Añorga y Miramón
que han quedado incomunicados por el vacío de la cantera; consolidar el espacio en
desuso; y por último activarlo mediante la incorporación del programa.
Una superestructura es el remate de los singulares cortes verticales de la cantera. Por su
materialidad, y composición el lugar y el proyecto son uno.
Este contenedor alberga en su interior un intercambiador logístico para el comercio electrónico
en respuesta a los problemas que se generan en el sector logístico. Una infraestructura
física que regula el tráfico de mercancías del comercio electrónico, un proyecto que funcione
como órgano dentro de la red de transportes bombeando el flujo para reactivarlo constantemente.
Una dualidad estereotómico-tectónico que responde a las características del lugar de hoy y
a las necesidades de la sociedad del mañana.