Abstract
El esquí es una de las actividades más importantes de Innsbruck, sin embargo, su práctica provoca un gran impacto sobre el suelo. La compactación de la nieve conduce a la erosión del suelo y a la desaparición de la importante capa de humus, que permite el crecimiento de la vegetación y la absorción del agua de escorrentía. Para intentar paliar estos efectos, se proyecta en la estación de Nordkette una red que permita el estudio del suelo e investigar cómo el esquí afecta a su erosión. Esta red consta de unas balizas de estudio móviles y transformables para adaptarse al terreno, en las que el suelo pueda permanecer en conservación durante un año. Estas seguirán el sistema constructivo de las cúpulas geodésicas, con barras de acero telescópicas que permitan su transformación, y una cimentación recuperable. Estarán coordinadas a través de un centro de estudios en el que se acumulará nieve en la cubierta, con el fin de aprovecharla como aislamiento y para el mantenimiento de las plantas autóctonas que se albergan en su interior. En este edificio además de este jardín, se construirán los espacios necesarios para que parte de la comunidad de científicos que dirigen la red, puedan vivir temporalmente y llevar a cabo sus estudios. La cubierta de este edificio estará construida mediante una estructura espacial de doble piel de barras de acero, con nudos tipo Mero, que se apoyarán sobre unos pilares interiores articulados y un muro de contención perimetral .