Abstract
El barrio de Añorga constituye el perfecto ejemplo de tejido industrial, dependiendo desde su fundación de la Fábrica de cementos Rezola. Sin embargo, la previsible obsolescencia de la misma motivada por el aumento de la conciencia ecológica hace necesario replantear el futuro de su entorno. Existe además una importante desconexión respecto a Miramón propiciada por la abrupta topografía y las diferencias tanto sociales como tipológicas. Se recupera la antigua cantera, regenerando sus bordes y convirtiendola en el centro del nuevo desarrollo urbano. Este desarrollo permitirá conectar los barrios de Añorga y Miramón, integrándolos dentro de la futura expansión de la ciudad de San Sebastián. Si en la sociedad industrial la fábrica constituía el centro de la vida diaria, los espacios públicos pasan de ser lugares residuales al corazón y motor de todo el crecimiento. La plaza, desarrollada linealmente a lo largo del borde, se convierte en lugar de intercambio de vivencias y soporte de las futuras experiencias comunitarias. Este desarrollo se realizará por fases. En primer lugar, la plaza; el soporte básico. Sobre este aparecen las torres, difusas y cambiantes, como primer activador del complejo. Posteriormente la colonización del entorno consolida un nuevo tejido urbano. Este será un tejido interactivo, centrado en las conexiones y las interacciones sociales, coherente con las condiciones específicas del lugar, tanto topográficas como culturales. Se desdibuja la diferenciación entre paraje urbano y paraje natural, promoviendo su interrelación y creando un paradigma acorde con la nueva sociedad.