Abstract
La ciudad conforma un fuerte sistema intercomunicado. Surge la necesidad de crear infraestructuras y servicios capaces de abastecer el aumento demográfico. San Sebastián ha sufrido un alto crecimiento de su superficie urbana en las últimas décadas, y las vías de comunicación han contribuido a ello, conectando núcleos previamente dispersos. Sin embargo, debido a la explotación minera Añorga ha quedado desvinculada hacia el este. Se propone una conexión directa que enlace ambas zonas, capaz de constituirse como el tercer cinturón de San Sebastián adecuándose así al crecimiento urbano. El proyecto surge como materialización de solapar distintos recorridos: una nueva vía rodada, una ruta ciclista, el camino de Santiago francés, la continuación del corredor tecnológico de Miramón y una infraestructura hídrica; generando, a su vez, un equipamiento metropolitano cultural y de ocio, ligado al paisaje. El proyecto se compone de dos cuerpos fundamentales: el cuerpo horizontal que actúa como una nueva capa tectónica de la roca, del que nace en el extremo el cuerpo vertical, una torre de 82m de altura que conecta las distintas cotas del recorrido y se alza sobre las montañas para relacionarse con el exterior y dar oxígeno al conjunto, constituyendo así un enclave en la ciudad. Se devuelve el paisaje que le fue arrebatado a Añorga mediante la renaturalización y desarrollo de un circuito hídrico de recogida de aguas pluviales mediante albercas y acequias que completan el paisaje, y tras su posterior tratamiento y filtración, se emplea el agua como centro termal en el edificio. Un programa cultural y recreativo recorre el perímetro de la cantera. Tres bandas programáticas y paisajísticas desarrollan el proyecto de forma longitudinal: un elemento "muro" denso y equipado que supone la espalda del proyecto actuando de contención frente al terreno; un elemento "fachada" desarrollando un frente abierto al paisaje; y el espacio intermedio que dialoga entre ellos.