Abstract
El tamaño tiene consecuencias prácticas y disciplinarias, también es un desafío para la imaginación. Cuando nos preguntamos cómo actuar hoy sobre lo vasto, necesariamente tenemos que conciliar y coordinar un enjambre de múltiples intereses, divisiones administrativas, regulaciones, condiciones ambientales y variables económicas; Tenemos también que incorporar el cambio y las medidas adaptativas, diseñando un proceso a lo largo del tiempo; conciliar los aparentemente contradictorios objetivos ecológicos y la programación de los usos. Preguntarnos, qué ocurre con las cualidades perceptuales y fenomenológicas de un sitio, cómo mantener y expresar la calidad del lugar y su significado cultural; cómo reconocer y diseñar con las huellas que han dejado usos anteriores. ¿Puede entonces, un diseño adaptarse a múltiples escalas, asumir la diversidad y adaptar las formas existentes a las nuevas prácticas sociales, para hacer que un lugar sea memorable?. Proponemos que los parques de gran tamaño pueden ser un verdadero laboratorio, que nos proporcione normas para actuar en el mundo más complejo de la ciudad. El proyecto que presentamos supone pensar el territorio bajo supuestos paisajísticos a múltiples escalas. Se trata del plan maestro para un predio de 1.022 hectáreas en la periferia de la ciudad de Santiago, que la Universidad de Chile, propone como un parque, un gran parque público.