Abstract
San Sebastián, año 2030. Cementos Rezola, uno de los recintos fabriles más característicos de la ciudad, se ha visto abocado al cierre. En su lugar se plantea una megaestructura capaz de solucionar los graves problemas de conectividad entre los barrios que lo rodean, Añorga y Miramón. Se disponen 6 plataformas conectadas entre sí cuya organización responde cuidadosamente a los requerimientos normativos de trazado de infraestructuras viarias, maximizando al mismo tiempo las vistas sobre el bosque y la cantera. Esta nueva triple conexión rodada, ciclista y peatonal, queda habitada por un conjunto de programas que colonizan la estructura y que se relacionan con el entorno natural circundante. La estructura se eleva, liberando el plano del suelo para que la naturaleza retome su lugar y se pueda crear una conexión con el corredor ecológico existente, facilitando al mismo tiempo el proceso constructivo al evitar las zonas más escarpadas. La estructura de las plataformas consta de dos partes. La primera, realizada en hormigón armado postesado en sección cajón, es capaz de acoger los programas propuestos, y conforma la estructura portante principal. La segunda, sin embargo, consiste en un conjunto de estructuras ligeras que se posan sobre el tablero para tecnificar y cualificar los espacios. Se propone, en definitiva, una nueva forma de entender la relación entre arquitectura e infraestructura en un entorno natural salvaje.