Abstract
Avilés, ciudad industrial que vivió su gran transformación con la construcción de Ensidesa, un conjunto de 7km que transformó su paisaje bruscamente. La ciudad actualmente busca alejarse del perfil industrial y convertirse en un centro de referencia de I+D. Aprovechando el desuso de tres naves de Ensidesa, se instala un Centro de Innovación Arquitectónico vinculado con la Universidad de Oviedo y la red empresarial asturiana. Cada nave acogerá una función: el Hangar, donde se harán los ensayos con brazos robóticos y drones; El Hall, para ferias empresariales; y el Hub, el nodo de los investigadores. Las naves de Fernández Casado, caracterizadas por su masividad y espacialidad, serán colonizadas por medio de un sistema prefabricado que forma pastillas programáticas moduladas en conjunción con las naves. La masividad del hormigón contrasta con el sistema ligero de perfiles tubulares de acero y nudos ortz. Las pastillas se construyen mediante unas piezas básicas compuestas por módulos de uno o dos pisos, ascensor, escalera y chimeneas, jugando estás ultimas un papel fundamental en el sistema bioclimático. De este modo, se consigue un dialogo entre pasado y futuro de Avilés, un contrapunto entre lo urbano y lo industrial. Una transición que va de ‘Nave a Nave’.