Abstract
El centro se sitúa en el municipio de Camargo, al sur de Santander. Además de estar localizado en una de las zonas más contaminadas de la ciudad, se pretende aprovechar los espacios verdes residuales que se generan en torno a los nudos de carreteras y acercarse lo máximo posible al foco principal de ruido, que será objeto de investigación como una nueva energía renovable. Aunque se parte de la base de que el centro de investigación debe responder a las necesidades de las personas, es imposible ignorar que también debe dar respuesta a las del vehículo. Los recorridos curvos y la utilización de la circunferencia como figura base de la composición favorecen sus circulaciones, que derivan en una propuesta dinámica. El vehículo cobra protagonismo, pues se introduce dentro del mismo y recorre todas plantas, de manera que se añade una nueva perspectiva a la hora de apreciar el edificio, así como una nueva experiencia. Sin embargo, la propuesta no olvida su carácter sostenible, y por ello se aprovechan todos los recursos que ofrece el entorno, que en este caso es el ruido. La captación de las ondas sonoras se realiza a través de una serie de cápsulas que se distribuyen a lo largo de los nudos de carreteras, cuya envolvente es la encargada de captar el sonido, así como la envolvente del propio centro. En definitiva, la propuesta sugiere una solución a la complejidad del lugar a través de la creación de una nueva infraestructura, que además de mejorar el paisaje, pretende mejorar la situación ambiental de Santander, generando un proyecto que por un lado dé respuesta a las necesidades de las personas y por otra, a los vehículos; que sea un lugar donde ambos convivan sin interferir entre ellos, pero que, al mismo tiempo, funcionen como una misma máquina.