Abstract
En el año 1956 se encienden los 2 primeros hornos de cok en la margen derecha de la Ría de Avilés como parte del complejo siderúrgico de Ensidesa. La implantación de dicho coloso, no solo transformó la ciudad en términos demográficos - multiplicando por 4 su población en 20 años - sino que cambió por completo su morfología. Hoy en día la situación es bien distinta, Avilés es una de las ciudades más contaminadas de España, inmersa en un proceso de reconversión industrial. El 1 de octubre de 2019, ArcelorMittal, la multinacional heredera del complejo de Ensidesa, apaga finalmente los hornos de las baterías, tras 63 años en funcionamiento. La consiguiente liberación de más de 50 hectáreas de suelo situadas a menos de un kilómetro del casco histórico es interpretada como un área de oportunidad de proyecto, que permita reajustar el equilibrio urbano y reparar la deuda histórica de la industria con su ciudad. El proyecto plantea que dicho espacio, impenetrable durante más de 50 años, sea devuelto a la ciudad dotándole de una nueva doble función. Por una parte, se acometerá la reconversión de todo el complejo en un gran pulmón verde para la ciudad, integrado con el nuevo y renaturalizado paseo fluvial. Al mismo tiempo, se acometerá una intervención directa sobre sus principales elementos, los hornos de cok y las torres de carbón, espacios con un gran carácter ingenieril, pero con un gran valor espacial y simbólico; que serán transformados en un gran centro cultural y social, que as su vez cuente con una serie de espacios productivos para el desarrollo de nuevos proyectos de investigación. Live-in-dustry es el proyecto de habitar lo aparentemente inhabitable, evitando la destrucción del legado industrial y la historia de la ciudad.