Abstract
A lo largo de la historia, la segregación de la ciudad ha estado presente durante la conformación de la misma. La fragmentación es un claro atributo de la ciudad desde la era colonial, las poblaciones han acostumbrado a establecer espacios delimitados para albergar a la heterogénea sociedad que las habitaba. Es por ello que el trazado urbano es un reflejo de esta fragmentación y representa a la sociedad en su urbanismo. Los factores habituales que condicionaban esta segmentación de la ciudad, eran las barreras naturales, así como las materiales, pero otro de los factores condicionantes era la pertenencia a diversos sectores sociales, que condicionaban el poder adquisitivo del ciudadano y por ello un mejor o peor emplazamiento en el territorio. Actualmente, la fragmentación urbana está ligada al proceso de metropolización de las ciudades. Durante la expansión de las ciudades tras la era industrial, la trama urbana sufrió procesos de expansión para albergar a las grandes masas que venían a trabajar a la ciudad. Así se conforman los diversos sectores en la ciudad actual. En este contexto, nos enfrentamos a un problema actual de “involución urbana”, es decir que la segregación social aumenta a lo largo de los últimos años, y la fragmentación es cada vez más visible, como resultado del mercado inmobiliario, el cosmopolitismo de las ciudades y la polarización social y económica de la población.